Cuando era pequeña y comencé en el cole, hubo algo que me llamo profundamente la atención y fue cuando mi maestra nos presentó la obra de PEDRO Y EL LOBO.
Un cuento musical al que le tengo un gran cariño.
Cuatro días fueron los que necesitó Prokofiev para crear crear esta obra. Y ¿qué hizo para seguir el propósito de cultivar el gusto musical de los niños? Pues creó un cuento musical para todas las edades con el que mostraría a su público los diferentes instrumentos de la orquesta. Para ello y para no limitarse únicamente a mostrar el timbre del instrumento , asoció cada instrumento de la orquesta a un personaje de la historia y los personalizó musicalmente con un carácter y un comportamiento. Tenemos al niño ingenuo, al abuelo gruñón, a los no muy valientes cazadores...
Estos son los personajes:
Pedro, el joven protagonista de la historia va a ser interpretado por los instrumentos de cuerda y el tema con el que aparece represetado es un tema melódico rítmico de "ingenua vivacidad" como es el carácter del propio niño.
El pájaro, como no podía ser de otra manera será la flauta.
El pato, es representado por el oboe y el tema refleja perfectamente la cobardía del personaje.
El gato, el clarinete haciendo de tramposo.
El abuelo, tierno pero gruñón es el fagot
El lobo está representado por trestrompas que desde el fondo de la orquesta nos gruñén.
Los timbales y el bombo nos anticipan a los cazadores, bastante cobardes por cierto o, al menos, bastante menos valerosos que el intrépido Pedro.
LO LEEMOS
Cuento "Pedro y el lobo" de la colección de clásicos de Walt Disney. Cuento ilustrado que narra las aventuras de Pedro y sus amigos para capturar y cazar al lobo malvado de los bosques helados.
Yo no soy víctima de la Ley Nacional de Educación. Tengo 69 años y he tenido la suerte de estudiar bajo unos planes educativos buenos, que primaban el esfuerzo y la formación de los alumnos por encima de las estadísticas de aprobados y de la propaganda política. En jardín (así se llamaba entonces lo que hoy es "educación infantil", mire usted) empecé a estudiar con una cartilla que todavía recuerdo perfectamente: la A de "araña", la E de "elefante", la I de "iglesia" la O de "ojo" y la U de "uña". Luego, cuando eras un poco mayor, llegaba "Semillitas", un librito con poco más de 100 páginas y un montón de lecturas, no como ahora, que pagas por tres tomos llenos de dibujos que apenas traen texto. Eso sí, en el Semillitas, no había que colorear ninguna página, que para eso teníamos cuadernos. En Primaria estudiábamos Lengua, Matemáticas, Ciencias, no teníamos Educación Física. En 6º de Primaria, si en un examen tenías una falta de ortografía del tipo de "b en vez de v" o cinco faltas de acentos, te bajaban y bien bajada la nota. En Bachillerato, estudié Historia de España, latín, Literatura y Filosofía. Leí El Quijote y el Lazarillo de Tormes; leí las "Coplas a la Muerte de su Padre" de Jorge Manrique, a Garcilaso, a Góngora, a Lope de Vega o a Espronceda... Pero, sobre todo, aprendí a hablar y a escribir con corrección. Aprendí a amar nuestra lengua, nuestra historia y nuestra cultura. Y... vamos con la Gramática. En castellano existen los participios activos como derivado de los tiempos verbales. El participio activo del verbo atacar es "atacante"; el de salir es "saliente"; el de cantar es "cantante" y el de existir, "existente". ¿Cuál es el del verbo ser? Es "ente", que significa "el que tiene identidad", en definitiva "el que es". Por ello, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se añade a este la terminación "ente". Así, al que preside, se le llama "presidente" y nunca "presidenta", independientemente del género (masculino o femenino) del que realiza la acción. De manera análoga, se dice "capilla ardiente", no "ardienta"; se dice "estudiante", no "estudianta"; se dice "independiente" y no "independienta"; "paciente", no “pacienta"; "dirigente", no dirigenta"; "residente", no "residenta”. Y ahora, la pregunta: nuestros políticos y muchos periodistas (hombres y mujeres, que los hombres que ejercen el periodismo no son "periodistos"), ¿hacen mal uso de la lengua por motivos ideológicos o por ignorancia de la Gramática de la Lengua Española? Creo que por la dos razones. Es más, creo que la ignorancia les lleva a aplicar patrones ideológicos y la misma aplicación automática de esos patrones ideológicos los hacen más ignorantes (a ellos y a sus seguidores).
Les propongo que pasen el mensaje a vuestros amigos y conocidos, en la esperanza de que llegue finalmente a esos ignorantes semovientes (no "ignorantas semovientas", aunque ocupen carteras ministeriales).
Lamento haber aguado la fiesta a un grupo de hombres que se habían asociado en defensa del género y que habían firmado un manifiesto. Algunos de los firmantes eran: el dentisto, el poeto, el sindicalisto, el pediatro, el pianisto, el golfisto, el arreglisto, el funambulisto, el proyectisto, el turisto, el contratisto, el paisajisto, el taxisto, el artisto, el periodisto, el taxidermisto, el telefonisto, el masajisto, el gasisto, el trompetisto, el violinisto, el maquinisto, el electricisto, el oculisto, el policío del esquino y, sobre todo, ¡el machisto!