Materiales:
- Botellas de plástico transparentes o de color.
- Un clavo o cualquier herramienta que nos permita perforar la botella.
- Tijeras.
- Pegamento.
- Sustrato.
- Semillas.
Cortaremos la botella de plástico a la altura que queramos, con el clavo o un destornillador perforaremos la base de la botella para permitir que el sustrato pueda drenar cuando lo reguemos. Pegaremos el tapón de la botella y formaremos los ojos con recortes de plástico blanco y negro, los pegaremos sobre la nariz y ya tendremos la cara de nuestra maceta. A continuación rellenaremos con sustrato la botella casi hasta arriba, podemos colocar un poco de grava en el fondo para que drene mejor. Sembraremos las semillas que hayamos escogido y las taparemos con un poco más de sustrato. Regaremos para que las semillas se humedezcan y comiencen el proceso germinativo. Seguiremos regando dos o tres veces al día y según el tipo de semillas que hayamos sembrado a los pocos días comenzaremos a tener una buena cobertura. En un par de semanas nuestra maceta puede lucir una fantástica “melena” verde.
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